¿Por qué ir a la universidad?

Estoy en tercero medio y cada vez que conozco a alguien, aparece aquella desagradable pregunta que me inquieta: ¿y qué vas a estudiar? Yo, dependiendo del interlocutor, modero y modelo mi respuesta. A algunos les respondo directamente "no creo que vaya a estudiar nada" a lo que a veces se quedan callados y la conversación sigue por otro lado. Pero otros más conservadores y/o tradicionalistas, se espantan y ahí es donde debo empezar a explayarme, dando contundentes argumentos que calmen un poco el ambiente. Hay otras veces en las que ya definitivamente decido por decir "no estoy segura aún" y enumero una serie de carreras universitarias –de las cuales seguro elegiría alguna si tuviera que hacerlo- desde filosofía, historia, literatura hasta ciencias políticas e incluso derecho.
Pero ¿por qué no voy a estudiar nada?
Más bien la pregunta debiera ser porque no quiero estudiar nada. Y es que tampoco se trata de no querer estudiar o no querer aprender. Todo lo contrario. Día a día intento indagar y conocer aquellas cosas que me interesan, ya que realmente me gusta investigar e intentar comprender los misterios que la vida presenta. Pero no quiero alargarme mucho tampoco hablando de mí. El asunto va más allá de mi caso en específico. El objetivo de este escrito es más bien ofrecer un cuestionamiento, a partir de una situación particular que ocurre, y que refleja algo que tenemos todos metidos en el chip y que quizás, sería bueno cambiar o por lo menos, pensar por qué lo tenemos. O por quien.
Resulta que primero que nada, la pregunta es siempre ¿qué vas a estudiar? ¿por qué no puede ser ¿vas a estudiar algo, o harás otra cosa? ? Porque todo el rato se presenta el hacer y el poseer por sobre el ser. Se ha dado con el tiempo que la universidad se muestra como único camino en la vida. Es como que alguien alguna vez llegó y decidió por todos nosotros que al salir de cuarto medio debíamos elegir qué carrera cursar por no se cuantos años más. ¿Pero qué pasa si decido dedicarme a otra cosa? A cuidar niños a África por ejemplo. ¿Se me da la opción siquiera, de preguntarme cual es mi real vocación en la vida? O debo, obligatoriamente guiar este sentimiento que tengo, hacia una carrera ya establecida?
Con esto no estoy pidiendo que todos vayamos a África a cuidar niños. No. Lo que propongo es una apertura del campo visual, simplemente. Es abrir el abanico de posibilidades que uno naturalmente tiene y debería tener, al cumplir 18 años y salir del colegio (Lugar del que pasamos 12 años de nuestra vida obligados también, pero bueno ya). Que se pueda elegir con libertad y sin presiones. Porque claro, yo tambien podría decir bueno no quiero estudiar, me voy a vivir a la montaña a sacar fotos y a leer. Pero ahí aparecen todos los cuestionamientos de cómo vas a subsistir y que te vas a morir de hambre. Pero ¿no nos moriremos de hambre más todavía teniendo que endeudarnos día a día, clase a clase yendo a la universidad si no tenemos la plata para pagar las caras carreras que se ofrecen en este país? Ese es otro punto. Lo caro que es estudiar. El conocimiento se vende como un producto, la educación es una mercancía, un lujo que guardan unos pocos y que debemos endeudarnos con unos empresarios tras la oficina de una universidad.
Pero día a día nos llenan de publicidad violenta y agresiva, mostrando que "debes ser alguien en la vida"; debes "asegurar tu futuro". Pero ¿de qué futuro hablamos si estudiaré cinco años para luego intentar buscar trabajo en eso que estudié (no siempre se logra, por lo demás) y estar treinta años pagando la carrera? Y cuando al fin terminé de pagar, resulta que mi hijo ya está saliendo de cuarto medio…
Un verdadero embrollo del que es difícil salir, si se nos impone este único camino. Pero la verdad hay muchos, hay cientos, miles, tantos como humanos hay en la Tierra . Es cosa de mirar, y atreverse.


La universidad no es la que te abre la mente, es la vida y las experiencias las que se encargan de eso...

Por flora CPE