"¿Y tú, qué vas a estudiar?"

Es la clásica pregunta que se les hace a los cursantes de enseñanza media, que parece reemplazar el "¿a qué te dedicas?" o "¿qué te interesa?". Se nos ha impuesto en nuestra cultura como única opción el seguir una carrera universitaria; y claro que es una carrera, en todo se nos obliga a competir, desde el colegio, en la propia familia, luego en la U, entonces en el área laboral, donde el único fin de tanto esfuerzo es el de producir y producir; no siempre para el bienestar individual del trabajador, sino, para los dueños de las grandes empresas, que están detrás de todo, y que si no das cada vez más te sacan de tu puesto pateándote al pozo de la marginación social.
Es fácil que obedezcamos; a cada rato se nos muestra para asustarnos y poder manipularnos —a través de la publicidad, la prensa, especialmente noticiarios de TV y diarios masivos— lo que te sucederá si decides no cooperar con el estándar, con la idolatría al dinero, antes que servir al Amor; nos forman la falsa imagen de que sin el cartoncito uni-versitario es imposible sobre-vivir… "¡Pero te morirás de hambre!", no podrás ser alguien… ¿Te parece justo?
No todos tienen el dinero para pagar esta costosa supervivencia, el lograr beca o créditos te exige dar cada vez más en cuanto a notas, sin dejarte tiempo para ser tú, y menos para visualizar las otras miles de opciones que existen para elegir en el escenario de la vida terrícola.
Hoy en día las universidades brotan como hongos… ¿por qué será? ¿talvez porque es un negocio redondo? No porque sí invierten millonadas en publicidad: ¡les funciona! Tienen casi todos nuestros cerebros bien lavaditos. Tampoco quiero decir que una carrera no pueda satisfacer tu verdadera vocación, claro que puede, pero debes tener claro que lo que elijes como "futuro" sea realmente lo que tú quieres, que esa necesidad venga de lo mejor de ti y no sea una imposición del sistema violento que nos ha formado desde siempre.
No debemos temerle al otro camino, confiando en lo que verdaderamente sientes que tienes que hacer y en lo que deseas invertir tu intelecto. El estudio es algo maravilloso que nunca debemos abandonar; es re-cordar (volver al —del latín "corde"— corazón), pero el sano estudio no siempre se encuentra en las universidades, que te ven como cliente y no como el estudiante que debieras ser; olvidan tu calidad de ser humano, te consideran un productor más.
Antes se podía vivir bastante cómodamente de hacer artesanía —por ejemplo—, ya aparentemente no tanto; pero eso depende de nosotros que validamos ese funcionamiento. Está en nuestras manos el crear otro mundo, el quebrar con todas esas antiguas creencias que ya no nos permiten felicidad. Tomemos nuestro papel de protagonistas, que el monstruo no nos devore; permitámonos elegir nuestra vida, nuestro planeta. Se avecinan cambios, confía en ellos; en unos años más el título ya no cumplirá su rol de salvación: Haz lo que realmente quieres hacer.

¡Que no decidan por ti!

Por fauna CPE